I
OH árboles frondosos nacidos con ternura
En tierras prodigiosas; los suelos te proclaman
Ya nadie nos moldea con arena y con arcilla
Para hacernos sentir que alguien los reclama
II
Tus ramas esbeltas, el viento mece con bravura,
Y tus flores de colores, con alegría te engalanan.
Al pasar el tiempo de los frutos brotan sus semillas
Porque son las semillas la paciencia de los árboles.
Porque un árbol sin sombra también puede dar fruto.
III
Si, También marchitó el invierno; tu hermosura,
¡ay! yo probé las iras del amor, la hiel y tú dulzura
Más tú, al sonreír en la dulce primavera,
Y acá en mi corazón puedes hacer su nido.
No des jamás tu sombra, tu corteza, solo tu ternura
IV
En su primer abrazo a una hermosura;
Cuchichean las hojas; tal parecen
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo.
Mi corazón ningún alivio espera.
V
Yo huiré de ti, de tu enramada umbrosa,
que en un tiempo dio su asilo a mi placer.
Mas al morir tu primavera hermosa
tú me verás contigo padecer.
VI
Al pasar el tiempo tu corteza se ranura
Tronco infeliz, desnudo y sin verdura,
imagen fiel que marca el paso de los años
Y sin dolor caminas a tu nueva sepultura.
Autor: ESP. RICARDO PABON CARVAJAL