domingo, 7 de agosto de 2011

Cuentos para regalar a personas inteligentes»

Extraído de «Cuentos para regalar a personas inteligentes»

EL GOBIERNO  NO ME DA MATERIAL PARA LAS CLASES

Hace años, un inspector visitó un centro educativo. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra estaba atrincherada detrás de su escritorio y los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico. Decidió presentarse: -Permiso, soy el inspector de turno. ¿Hay algún problema?  -Estoy abrumada, señor, no sé qué hacer con estos chicos. No tengo láminas, el ministerio de Educación no me manda material didáctico; no tengo nada nuevo para mostrarles ni qué decirles...
El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y, con aplomo, se dirigió a los chicos:

- ¿Qué es esto?

- Un corcho, señor - gritaron los alumnos, sorprendidos.

- Bien. ¿De dónde sale el corcho?

- De la botella señor. Lo pone una máquina...; del alcornoque, de un árbol... de la madera... - respondían, animosos, los niños.

- ¿Y qué se puede hacer con madera?- continuaba, entusiasta, el docente.

- Sillas..., una mesa..., un barco...

- Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y señala el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?
Y así comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo, conmovida:  - Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias.
Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada detrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden... 
-Señorita, ¿qué pasó? ¿No se acuerda de mí? 
- Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?
«La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es una respuesta hábil y no una impotencia explicada, o un reclamo por lo que nos falta».   Albert Einstein: «Es una locura seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes»